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Por Juan Osvaldo Mora , 1 de agosto de 2021Kevin, el fugitivo de Chiloé, recapturado después de 80 intentos
Atención: esta noticia fue publicada hace más de 3 años-La historia de un singular fugitivo atrapado por los profesionales del Sernapesca en Ancud. Durante meses, decenas de voluntarios y ambientalistas lo seguían por los mares del archipiélgo chilote. Conozca aquí las razones
Durante meses, la búsqueda fue intensa, pero infructuosa. Muchas miradas estuvieron en las aguas y los alrededores del río Pudeto, en Ancud, Isla de Chiloé. Más de una vez estuvo atrapado, acorralado, pero como es un excelente nadador logró escapar a través del río ancuditano.
Por supuesto, él no entendía que esta vez lo querían capturar para ayudarlo. Hacía semanas que llevaba un cordel de nylon que le aprisionaba su grueso cuello. Desde entonces varios voluntarios chilotes se habían propuesto encontrar a este lobo marino para cortarle el peligroso“collar”. No fue fácil. Hubo más de 80 intentos hasta que fue atrapado y colocado en una jaula por los funcionarios del Servicio Nacional de Pesca . “Normalmente los animales que rescatamos están heridos y muy decaídos, pero en este caso el lobo marino estaba muy activo, por lo que su recate no fue fácil ”, reconoció Marisol Romero, encargada de conservación y biodiversidad del SERNAPESCA en la Región de Los Lagos. Luego Kevin, como había sido bautizado por los hombres de mar y los niños de Pudeto, fue entregado a la ONG Chiloé Silvestre para su recuperación.
No es el primero de estos mamíferos que obtiene un nombre por parte de sus vecinos. Décadas atrás “Panchito” era el atractivo de los visitantes de la feria fluvial en Valdivia. Incluso obtuvo una portada en el principal diario de circulación nacional debido a que su enorme mandíbula estuvo a centímetros de la cabeza del entonces candidato presidencial, Sebastián Piñera.... En la actualidad sus descendientes e imitadores ya formaron una manada que circula por las aguas del Calle Calle. Doscientos kilómetros más al sur se instaló una muy parecida -en cantidad- en el mercado de Angelmó de Puerto Montt. Todos a la espera del alimento fácil, los restos de merluza u otros pescados que son fileteados en el borde del mar. El único esfuerzo es disputar esas proteínas con algunos pelícanos de mayor personalidad.
“Son bonitos los lobos. Viene harta gente a tomarles fotos, pero hay que tener cuidado con los niños para que no se acerquen mucho. Los lobos están aguachados y a veces suben má allá a buscar comida”, dice Paty una vendedora de los puestos de pescados y mariscos.
La relación de los lobos marinos y los hombres que trabajan en el mar no ha sido facil, sobre todo en las útimas décadas con el crecimiento de la industria del salmón. Las empresas con centros de cultivo en los mares del sur austral chileno han importado o creado una serie de tecnologías para enfrentar al mamífero. Redes protectoras, lanchas en forma de orcas, ultrasonido y un sinfin de métodos para mantener alejados a los lobos de los millones de peces en cautiverio. En el mar abierto, la historia no es muy distinta con los pescadores artesanales. Sin la tecnología ni los recursos de los salmoneros acusan que este animal hoy no los deja trabajar. “Nos rompe los artes de pesca , nuestros materiales, y muchas veces se come parte de la captura de la merluza que queda en los espineles”. Eso lo recalca Juan García, presidente del sindicato de pescadores de la Caleta Anahuac de Puerto Montt. “Creemos que debe existir una política nacional respecto al control del lobo marino. No estamos contra la fauna natural, de eso vivimos, pero todos debemos convivir, sobre todo porque la pesca artesanal es una forma de vida, de subsistencia de miles de familias”, concluye el dirigente.
Mientras tanto, Kevin seguirá nadando en las cercanías de Ancud, ajeno a las discusiones de los hombres respecto a su especie. Ahora ya sin el peligroso “collar” de pástico que le convirtió -durante meses- en un verdadero fugitivo de las manos solidarias de ambientalistas y voluntarios chilotes.
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