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Por Redacción , 19 de agosto de 2023 | 22:51Sírvase un sorbo Don Migua!...bajando pa´ Puerto Aysén
Atención: esta noticia fue publicada hace más de un añoCrónica del escritor Óscar Aleuy. Una vieja canción que se recuerda. Un nombre que se descubre con Barros Ortiz al teléfono...
La famosa canción Bajando pa‘Puerto Aysén que colmara de gloria las páginas de la inspiración musical chilena, ya se constituye en todo un símbolo de nuestra tierra. El compositor del laureado tema fue el músico José Bernales, que además formaba parte del primer grupo de Los Cuatro Huasos. A Diego Barros Ortiz, el creador de la letra, se le atribuye, además, un puñado de anécdotas. Y entre varias de ellas, hay una que me ha causado mucho impacto por la delicada singularidad que encierra: la atribución del nombre de Don Migua en los versos, elemento culminante de apostrofación lírica y que aparece en el segundo verso de la canción: Sírvase un sorbo, don Migua, para dentrar en calor.
LA INSPIRACIÓN
Barros se inspira en un viaje a través de una ruta de penurias con caballos, tropas y tropillas. Se desliza un avance doloroso, lleno de frío y distancias entre Chile Chico y Puerto Aysén el año 1947 cuando normalmente había que cumplir los trayectos de movilización de tropas por mínimas picadas y sendas de penetración. Precisamente fue una de esas tropillas la que inspiró a don Diego. Iba en dirección al Pacífico y había partido desde Chile Chico, enfilando por la paradilla de El Peludo, justo en el dobladero después de la segunda curva. Ese sector durante el trayecto constituyó el momento justo del enfoque de cámara, el instante crucial y el congelado que permitió a don Diego Barros Ortiz subirse a las nubes de las imágenes que conformarían la suprema unidad poética.
BAJANDO PA’PUERTO AYSÉN
La tropilla de cariblancos todavía resuena en el corazón de muchos ayseninos que conocen la historia y han escuchado la canción. Famosa es la apelación al elemento telúrico natural de una tierra bravía e inhóspita, que despierta sensaciones de pequeñez y que evoca el autoritarismo del hielo: Ya no hay fuego que derrita las nieves del corazón/ hermano, apure las bestias, y páseme un cimarrón. Sin la prisa que convoca el viaje, las manos duras de los cerriles troperos hacen que transite el mate amargo o el cimarrón de un sitio a otro y que se nombre a Don Migua, invitándole a yerbear al más puro estilo gaucho: Sírvase un sorbo don Migua, para dentrar en calor.
Don Migua era un amigo personal de don Diego, que ostentaba el grado de Teniente de Carabineros y a quien conociera en las misiones aéreas que le correspondió cumplir en los primeros tiempos de vuelos entre Chamiza y Balmaceda. Esa es la declaración del poeta en su testimonio telefónico, el cual tuvimos mucho cuidado en guardar para mostrarlo aquí. Aunque sus amigos íntimos siempre le dijeron Don Migua, su verdadero nombre era Miguel Luis Bisquert y el profundo grado de amistad y camaradería que lo ligaba a Barros le hizo merecedor de su aparición en el verso.
SE REÚNEN LOS AMIGOS EN CASA DE PIEDRA
Cuando la canción estuvo construida y comenzó a escucharse por todo Chile, crecieron los instantes de afecto. Un grupo de honorables ciudadanos de Coyhaique pensaron en la canción, en el compositor José Bernal y en el letrista Daniel Barros Ortiz, con el que me comuniqué hasta su casa en la ñuñoína calle Brown Norte para que me cuente lo que sucedió en realidad.
Estos unidos amigos querían rendirle un tributo de cariño a don Diego, por pertenecer al mismo grupo de ellos. Un día se dirigieron a la conocida ex Casa de Piedra, nombre con que se bautizara en la década de los años 30 a un refugio natural para caminantes y jinetes, cercano a la Cascada de la Virgen, a unos 32 kilómetros en dirección a Puerto Aysén.
En ese grupo iban los camaradas de profesión y hermandades Alfonso Scheeing Ritter, propietario de la estancia Los Cóndores de Coyhaique Alto y a la sazón Comandante de Aviación; don Diego Barros Ortiz, General del Aire, autor intelectual de la letra de la canción; y don Miguel Luis Bisquert, teniente de Carabineros, amigo personal de don Diego y a quien éste decidiera ponerlo como elemento de apelación en los versos, valiéndose del apodo de Don Migua, que es como todos lo conocían en el grupo.
Durante la recordada y comentada celebración ocurrida en Casa de Piedra, estos tres amigos, reunidos bajo el alero de una emotiva ceremonia, reflexionaron en torno a la importancia de la canción y formalizaron un acta que firmaron y en la que se lee textualmente: Nosotros, los amigos de Don Migua, en quien el General y Comandante de la Fuerza Aérea de Chile don Diego Barros Ortiz se inspirara para escribir su romántica canción Bajando pa´Puerto Aysén, renovamos el aporte que hizo a favor del folklore de nuestra provincia, al extremo de constituirse en la pieza musical chilena más representativa para Aysén. Entre nosotros, nunca un mal pensamiento, siempre leales, siempre una ayuda cuando la necesites. Bienvenido a tu tierra de Aysén, que siempre te recordará cantando.
Como buenos camaradas de armas, brindaron luego con whisky, al cual le agregaron el agua gélida y transparente de la cascada.
DON MIGUA, ORGULLO PATAGÓN
Caben muchos motivos para enorgullecernos de esta estampa de la tierra nuestra. La canción se continúa escuchando. Con el tiempo, se transformó en un himno, a pesar del influjo de muchas radios santiaguinas que valorizan mayormente los temas anglos. Son los últimos honores de un apodo glorioso y el grito de apelación que es como un lema de nuestra tierra: Sírvase un sorbo don Migua, adherido a la noción más pura de un sentimiento de amistad compartido y a una anécdota cuyos protagonistas jamás se habrían imaginado la trascendencia cultural que alcanza en la actualidad.
Hace poco tiempo, estuve escuchando por 15 minutos la pausada y cancina voz de don Diego Barros a través de la línea telefónica, mientras preparaba en la radio uno de mis programas de los días domingos. Esto ocurrió hacia fines de 1988 y el oficial del aire nos habló desde su casa de Brown Sur, en la comuna de Ñuñoa, sintiendo una especial emoción por el impacto del recuerdo de las imágenes, muy honrado por este acercamiento, que a la vez lo fue aproximando a los intensos recuerdos de las tierras del Ibáñez. La grabación la conservamos como un tesoro y se encuentra en los espacios del Museo de la Dibam en lo que fuera la antigua Estancia de la Compañía Ganadera
Pero no es la única, porque durante 22 años hemos logrado acopiar un importante banco de datos con voces grabadas que nos dejan abiertas las puertas para armar crónicas como éstas.
¿CÓMO NO CREERLO?
Respecto a la credibilidad de lo que aquí se afirma, no han faltado los detractores que se obstinan en declarar que se trata de un volador de luces. Sin embargo, me gustará en esta página dejar dos testimonios inapelables: la entrevista telefónica realizada a don Diego, y el testimonio escrito de un lector de la crónica que publiqué en el grupo “Nosotros los de Antes” próximo a cumplir 12 años. Se trata del santiaguino Juan Cuevas Echagüe, quien escribe en la sección comentarios lo siguiente: Don Miguel Luis Bisquert, pasó a la historia en la Canción Bajando pa’Puerto Aysén. Yo tuve la gran oportunidad de conocerlo y él me dijo yo soy Don Migua de esa canción. Tuve la gran suerte de trabajar en la FACH, al mando de su sobrino Coronel de Aviación Maximiliano Maggi Bisquert.
OBRAS DE ÓSCAR ALEUY
La producción del escritor cronista Oscar Aleuy se compone de 19 libros: “Crónicas de los que llegaron Primero” ; “Crónicas de nosotros, los de Antes” ; “Cisnes, memorias de la historia” (Historia de Aysén); “Morir en Patagonia” (Selección de 17 cuentos patagones) ; “Memorial de la Patagonia ”(Historia de Aysén) ; “Amengual”, “El beso del gigante”, “Los manuscritos de Bikfaya”, “Peter, cuando el rock vino a quedarse” (Novelas); Cartas del buen amor (Epistolario); Las huellas que nos alcanzan (Memorial en primera persona).
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